domingo, 10 de abril de 2011

Se nos viene Paul!

 

Hola:

Les dejo con esta nota publicada el día de hoy en la prensa chilena
El Mercurio

MCCARTNEY EN CHILE: Cuatro razones para su vigencia

Con 68 años y una carrera que jamás ha podido desligarse de Los Beatles, Paul McCartney regresa a Chile el 11 de mayo en el Estadio Nacional. ¿Pero por qué deberíamos verlo? Acá exploramos cuatro razones que confirman por qué es uno de los grandes del rock. Y no necesariamente por sus baladas más conocidas.

J.C. Ramírez Figueroa

Un debate clásico de la "rock-ficción" es qué habría pasado si McCartney (1942, Liverpool) hubiera muerto en lugar de Lennon. ¿Cómo sería recordado? ¿Se le reconocería como el vanguardista y líder de Los Beatles que efectivamente fue a fines de los sesenta? ¿Cual sería su sello personal, si John quedó para la posteridad como "el pacifista"? Pero en ese guión casi perfecto que fueron Los Beatles, a McCartney le tocó el papel de ser el beatle más vivo. El que tuvo más actividad musical, hasta ahora. El más feliz de haber formado parte de la banda. Y, por ende, a merced de fans polarizados que insisten en el mismo ataque que Lennon le hizo en "How do you sleep" (1971): "La única cosa que hiciste fue Yesterday". Aunque la frase -escrita cuando el abrupto final del grupo estaba demasiado fresco- era velada y sin nombrar al destinatario, era evidente la referencia. "Yesterday" (1965) fue el primer hit compuesto, trabajado y grabado por Paul sin pedirle ayuda a ningún otro bea-tle. Una canción tan melódica, dulce y no rockera que terminaría potenciando la imagen que muchos tienen en la actualidad: un McCartney "blando" y apto para todo público. ¿Es tan así? Ahora que se acerca por segunda vez al país, el 11 de mayo en el Estadio Nacional (la primera fue en 1993), es bueno recordar las verdaderas razones que han convertido a "Macca" (abreviación anglosajona, ya casi oficializada en nuestro país) en un músico imprescindible.

PRIMER BAJISTA MELÓDICO DEL ROCK
A principios de los sesenta, cuando tocaban en clubes de Hamburgo y Liverpool, Paul era feliz tocando rock and roll con la guitarra y, luego, el piano. Pero tras la partida y posterior fallecimiento del bajista estable (Stuart Sutcliffe), no le quedó más remedio que asumir las cuatro cuerdas. Al no tener formación, empezó intuitivamente a tocar melodías y "floreos" en un Hofner barato con forma de violín. "Como zurdo, me gustaba que fuera simétrico. Además era tan ligero que lo tratabas como una guitarra. Descubrí que era mas melódico que la mayoría de los bajistas porque era capaz de tocar muchas notas altas. Como mis canciones son melódicas, pensaba que era bueno no tocar tantas notas bajas. Este estilo lo adopté firmemente", reconocería. Después se pasaría a un Rickenbaker 4001 que terminaría por sellar su estilo, reconocido por instrumentistas y revistas especializadas como El Musiquero: armar con el bajo auténticas melodías paralelas a la principal. Es cosa de escucharlo en Revolver, con Wings o sus discos solistas. Esto lo ha convertido, según un ranking de la revista más generalista Rolling Stone como uno de los 3 mejores bajistas de la historia del rock.

VANGUARDISTA
A fines de 1966 el resto de Los Beatles no quería más guerra. Las críticas de Lennon a la religión organizada, la confusa gira por Filipinas (donde fueron prácticamente secuestrados por la dictadura de Ferdinand Marcos), el matrimonio, los proyectos artísticos personales y la sobreexposición hicieron que la banda se tomara un receso. Sólo Paul, aún soltero, vivía a fondo la efervescencia cultural londinense. Había visto en vivo a Pink Floyd, sabía de la existencia de Velvet Underground, profundizando técnicas de grabación con loops y cintas en reversa (ya usadas en Revolver) y tenía el suficiente humor como para hacer un disco donde la banda jugara a ser otras personas. Antes que cerrara el año tenía a la banda de vuelta grabando el Sgt Pepper´s Lonely Hearts Club Band, que incluiría sus inquietudes sónicas: orquesta sinfónica tocando caóticamente, sonidos de animales, pegar dos canciones sin pausa siquiera, mezclar Bach con music-hall, tocar más "pesado". Habrá errado comercialmente (la película televisiva "Magical Mistery Tour" fue un fracaso) o habrá sido déspota (en la etapa de "Let it be"), pero es innegable que llevó la batuta en la etapa final. Y no se le pasa: sin saber leer música ha explorado la música docta: Liverpool Oratorio (1991), el poema sinfónico Standing stone (1997) o Ecce Cor Meum (2006). También hace música electrónica y experimental junto a Martin Glover (Youth) con el pseudónimo The Fireman y se codea con nuevos productores como Nigel Godrich para grabar el celebrado Chaos and Creation in the Backyard (2005).
 
ROCKERO
"Se dice muy a la ligera: esta canción es de John, ésta de Paul. Paul hace baladas, John los temas rockeros. John es el duro, Paul es el blando. Todo eso es una falacia", se defendía el músico. Y es verdad: aunque en los créditos figuran siempre ambos, hay una creencia en torno a quien es "dueño" de la canción. Sin embargo, investigando cómo fueron compuestas -hay una extensa bibliografía, donde destaca: "Revolución en la cabeza" (1994, Ian Mc Donald) y "The Compleat Beatles Recording Session" (1988, Marc Lewisohn)- McCartney ha hecho intensos aportes al rock. Por ejemplo, "Paperback writer" una irónica historia sobre un aficionado a la literatura (¿referencia a John?) con un sonido garaje, armonías de voces y un riff demoledor. Miles Davis recién ahí puso atencion a la banda. "Helter skelter", nacida tras leer una entrevista donde Pete Townshend (The Who) aseguraba que "I can see for miles" era la canción más heavy de la historia. Paul les respondió con esta caótica pieza proto-punk. Y un tercer botón de muestra: "Live and let die" (1973), que sólo la versión de Guns N' Roses activaría el rock que llevaba latente.

DULCE Y ENIGMÁTICO
Pero tampoco hay que engañarse: McCartney no puede evitar las grandes orquestaciones, los pianos melancólicos, las influencias de la era pre-rock and roll, la melodía amable que es imposible sacar de la cabeza. Durante el periodo 1965-1967, Brian Wilson, de los Beach Boys, era el único capaz de competir con él. Su carrera solista es bastante coherente, con hits regulares, con su banda Wings (1971-1981) o solista y en todos los tonos: para todo público ("Uncle Albert/Admiral Halsey", 1971), romántico ("My love", 1972), progresivos ("Jet", 1973), pop ("Band on the run", 1974), bailable ("Coming up", 1980), rock adulto ("Hope of deliverance", 1993) o folk ("Dance tonight", 1997). Pero tras esta carrera de éxito se oculta alguien que no conocemos tan bien, aunque lo pareciera. Alguien capaz de resucitar públicamente tras una vida como beatle, una detención por portar marihuana en Japón en 1980, la muerte de su amada Linda (1998), varias batallas ambientalistas, un escandaloso divorcio con Heather Mills (¡justo cuando cumplía 64 años, como su famosa canción!) o -lo más increíble- el rumor de que habría muerto en un accidente automovilístico en 1966 en base a pruebas desacreditadas (su supuesto doble, William Campbell jamás existió) y otras que nunca sabremos si fueron puestas a propósito. Como, por ejemplo, la corona de flores con forma de bajo en la tapa del Sgt. Pepper´s. Claro que al bueno de Paul no le quedó otra que reírse y decir: "¡Estoy seguro de que sigo vivo!".

Su show en Chile
Independiente de la polémica por las entradas millonarias que permiten ver hasta su prueba de sonido, hay al menos un importante stock para galería a un precio de $28.000 y cancha a $44.000. El "Up and coming tour" se centrará en su material Beatle. En sus shows de Buenos Aires de noviembre, por ejemplo, tocó desde hits como "And i love her", "Hey Jude" o "Let it be" hasta piezas que no fueron single de discos como Rubber Soul ("I looking through you") o Revolver ("Got yo get you into my life"). Incluso rockeará con "Helter Skelter". También cobrará importancia el recientemente remasterizado disco de Wings "Band on the run" (1973), considerado su obra maestra post-Beatles.

 

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